El videojuego de la revolución cubana con el Che y Fidel - Guerrilla War

Esta nota fue publicada por primera vez en www.nesfami.com.ar
También se publicó en la revista Aduken! #1
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En todos los casos, es de mi autoría =)


Se ha lucrado intensamente con la imagen de Ernesto “Che” Guevara pero resulta hasta sorprendente que haya tenido su propio juego para Famicom (el Family japonés).

Su título fue un claro y conciso “Guevara” y resultó además, una de las más burdas muestras de lo que puede llegar a hacer la censura. Sin embargo, al ahondar en su versión japonesa, se encuentra a uno de los videojuegos históricamente mejor documentados.

Las condiciones subjetivas

Allá por 1987, la empresa SNK (Metal Slug, Fatal Fury, King of Fighters) lanzó al mercado japonés un clásico shoot´em up para la Nintendo de 8 bits. Este juego consistía en la explosiva combinación-literalmente hablando- de la mayoría de los juegos de este tipo: correr+disparar. Se lo acusa de ser nada más que un clon del arcade Ikari Warriors, pero éste, a su vez, fue otra copia de su antecesor Commando.


En Guevara, la imagen que nos recibía al inciar el juego, era nada menos que una versión artísticamente pixelada del Che, con una incomprensible leyenda en japonés, que gracias a los tiempos de la Internerd, podemos saber que quería decir lo siguiente:

“ ¡El corrupto y opresivo régimen de Batista ha dominado a la clase obrera Cubana por demasiado tiempo! Tomá el rol de Ernesto “che” Guevara y Fidel Castro y liberá al pueblo cubano de la dominación burguesa… oh, y tenés granadas ilimitadas “

A continuación, se nos presentaba una misión con claros ribetes históricos (o, en otras palabras, había que tener el cerebro carcomido por los rayos catóditos para no inferir la conexión con los hechos reales):

Nuestro personaje era el Che Guevara y en el caso de utilizar la modalidad de dos jugadores, nos acompañaría nada menos que Fidel Castro corriendo por aquellas costas caribeñas.

Era esperable que la distribución de este juego quedara terminantemente prohibida en Estados Unidos. Pero muy por el contrario, el juego tomó gran éxito en América del Norte y Europa, pero no ya reconociéndose su verdadero argumento, sino bajo el anónimo nombre de “ Guerrilla War”.

Como todos sabemos, la censura siempre resulta ridícula cuando se la ve en retrospectiva, pero también sorprende cómo cosas tan mal adaptadas para evitar el “maléfico influjo comunista” hayan resultado un exitazo y poca gente conozca su verdadero origen.

Pasando a la versión americanizada del juego, el Guevara no solo cambió su título, sino también el nombre de sus personajes. Pasaron a ser simplemente Player 1 y Player 2. Pero lo más absurdo es cómo se tradujo la leyenda que daba inicio al juego:


“ The people are under the boot of the oppressive regime of an evil king.  You and your comrades must liberate your people from his tyranny.  Free civilians and destroy the loyalist forces as you fight to take the island at all costs!  …oh, and you have unlimited grenades ”

Es decir, pasamos de situarnos en Cuba a estar en una pintoresca isla caribeña (que tiene la forma exacta de Cuba pero qué importa si a los niños yankis en la escuela se les dice que Buenos Aires es la capital de Brasil). Batista pasa a ser un rey malvado (tampoco importa demasiado porque ¡en EEUU todos saben que estos países bananeros del Sur tuvimos reyes desde los comienzos de la historia!). Sólo se olvidaron de modificar algo: las granadas ilimitadas. Y ¡claro! Si no son granadas comunistas, califican.

Es más, se mantuvo la imagen del Che Guevara en el inicio del juego, sólo que abajo decía: “ Hail the heroes of the revolution!” en lugar del subtítulo japonés.


Hasta el Final Boss siempre!

Más allá de las modificaciones de poco vuelo imaginativo hechas enEEUU, sorprende que el Guevara no sea solamente un Beat´em Up, sino uno muy bien documentado. La sucesión de situaciones ficcionales que se narran hasta la toma del gobierno cubano se condicen con la cronología de la revolución real.

El juego se inicia con un enorme barco siendo perseguido por helicópteros que finalmente logra arribar a las costas cubanas. En la realidad, esto ocurrió un 2 de Diciembre de 1956 y se trató del yate Granma, que con 82 guerrilleros a bordo desembarcó en Cuba con un retraso que provocó el primer golpe a la guerrilla. Solo veinte hombre sobrevivieron y tomaron Sierra Maestra, desde donde se inició verdaderamente la revolución. Y también este juego.


Hacia 1958, Batista había comenzado a replegarse, y la revolución cubana ascendió por la isla. El primer escenario del juego refleja este desplazamiento hacia el norte, culminando con una tercera pantalla donde se muestra una ciudad que bien podría ser la famosa Santa Clara, clave para acceder a la Habana. En un tercer nivel, el Che Guevara penetra a un barco del gobierno defacto y esto culmina con la toma del tren blindado, el 31 de Diciembre, retratado en el cuarto nivel del videojuego.

Una vez tomado el ferrocarril, se da paso a un breve Bonus que consiste en avanzar por las vías recuperando rehenes con una soga, para luego continuar en las cercanías fortificadas de la Habana. Por esos días, Batista huía a Santo Domingo y tras sus pasos irían las tropas comunistas.


En un sexto nivel del juego que transcurre en los túneles y alcantarillas de la ciudad, el Che logra acercarse aún más a lo que en la cronología revolucionaria se conoce como la toma de Campo Columbia, la cual tiene lugar en el octavo nivel, previo al final de la partida.


El juego culmina con un enfrentamiento entre el Che Guevara (Y Fidel Castro si se juega de forma cooperativa) y Batista, fuera del Palacio Presidencial, la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña.

El juego logra retratar en su versión original, de un modo tan bien documentado la toma de La Habana, que sorprende hasta que punto sus realizadores se mostraron fieles a los pasos dados por la revolución y hace lamentar aún más la censura hecha en EEUU, que convierte este hallazgo en una mera sucesión de enfrentamientos repletos de bombas infinitas y tanques de guerra.

Hacia el final del juego se muestra la imagen de los dos protagonistas abrazados y a sus espaldas el pueblo cubano. En secuencias simultáneas a los créditos y agradecimientos, se ven algunas animaciones humorísticas con los dos personajes.

Dicho esto, las sensaciones son diversas. Por un lado el Guevara es estéticamente un juego del montón, pero su calidad informativa e histórica lo hace muy singular, amén del hecho de que se trate de un videojuego basado en nada menos que el Che. La versión yanki fue definitivamente la más difundida, limitándolo a ser un clon, en apariencia poco esmerado, de los tantos que hubos tomando los cánones del Commando.

La censura, en este caso, convirtió un juego con insólito contenido político y veracidad documental, en no más que un entretenimiento olvidable, pero lejos de ser una lección de historia esta nota tiene un simple objetivo (poco revolucionario, por cierto): que por fin dejemos de llamarlo “Guerrilla War”.



fuente: queplanetageneroso.wordpress.com

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