Sobre la libertad de los cubanos de viajar al exterior




A comienzos de 2008 hubo gran revuelo y difusión mediática solo porque en un encuentro del presidente de la Asamblea nacional del poder popular de Cuba, Ricardo Alarcón, con estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas, algunos de éstos le formularon apreciaciones y preguntas muy críticas.(1) Claro, el inconformismo en Cuba era tal, y la población osaba cuestionar el régimen por primera vez luego de décadas de represión: Ahora sí va a caer la revolución, algo que venían diciendo y repitiendo desde hace casi 50 años.

Una de las preguntas más críticas se relacionaba con las trabas para los cubanos a la hora de viajar fuera de la isla. Como sabemos, el actual gobierno del presidente de los consejos de estado y de ministros, Raúl Castro, ha planteado que dichas restricciones se revisarán en la medida que lo permitan las condiciones reales en el país, continuando un pragmatismo que ha caracterizado históricamente a la dirigencia revolucionaria cubana. Por su parte, Ricardo Alarcón ofreció una respuesta serena, clara, reflexiva y sin titubeos, al estudiante de la UCI.

Quisiera contribuir en la discusión con algunos datos y desde una perspectiva soslayada por los grandes medios.

Acabo de leer en El Tiempo -el principal diario colombiano-, los resultados generales de una encuesta realizada en Colombia, según la cual el 48% de los colombianos nunca viajó en avión, y el 76% no ha salido del país.(2)

Posiblemente el estudiante de la pregunta en la UCI al menos habría formulado en otros términos la misma, de haber conocido datos como el de esa encuesta en países latinoamericanos u otros, porque evidentemente en Colombia viajar fuera del país es cosa reservada para ricos y a lo sumo para los sectores medios. Pero este país suramericano figura como uno de desarrollo económico medio.(3) Las cifras de encuestas como ésa en países latinoamericanos más pobres, serían sin duda peores.

Pero la cuestión no se reduce a comprobar algo que el sentido común más elemental nos sugeriría: que en Cuba -como en casi todos los países del mundo-, tomar un avión y viajar al extranjero es un lujo que relativamente pocos se dan. Es claro que en Cuba, a diferencia del resto del mundo, la decisión de quiénes y por qué viajan no se da de acuerdo al tamaño del “bolsillo” de cada quien. El problema es que, tal como muy bien lo dijo Ricardo Alarcón, para que viajaran todos los 6.000 millones de habitantes del mundo serían necesarias varias “Tierras”, pero Tierra sólo hay una... Entonces, realmente dejar la posibilidad de viajar al tamaño de la billetera de cada cual, es inviable y suicida en términos ecológicos, porque ya sabemos que el aéreo es el medio de transporte más contaminante.(4)

Entonces, como colombiano no le preguntaría a alguna alta autoridad de mi país por qué el 76% de los colombianos no han viajado al exterior. Le cuestionaría -y bien fuerte-, por qué en Colombia fueron desmantelados los ferrocarriles, que desaparecieron por dictado del Banco Mundial de comienzos de los 50's, dictado llamado eufemísticamente “recomendación”, y que fue cumplido a pie juntillas por sucesivos gobiernos. No tengo los datos de Cuba, pero ciertamente mientras un 0% de los colombianos viaja en ferrocarril, en la isla el porcentaje es frente a eso considerable, donde el gobierno ha emprendido en los últimos años inversiones importantes en la recuperación del transporte ferroviario, duramente golpeado en los años del “periodo especial”.

La imposibilidad absoluta para los colombianos de viajar en ferrocarril los obliga a pagar tarifas altísimas para viajar en avión o bus, ya que pese a ser aún exportador de petróleo -y aunque parezca increíble- el precio interno de la gasolina en Colombia es mayor que en EE.UU. El costo de esto es alto tanto en términos ecológicos, como económicos, como en pérdidas de vidas humanas. El ferrocarril no es sólo el medio más ecológico, sino el más económico y el más seguro en materia de accidentalidad.

En Cuba la recuperación del sistema ferroviario nacional es una prioridad pese a los limitados recursos del país, y la preferencia para viajar al exterior la tienen científicos, deportistas, artistas y políticos en representación del país en su campo o actividad. En un país pobre y de recursos escasos, ¿no es más racional que los vuelos al exterior se decidan de acuerdo a su función social en vez del poder adquisitivo de cada cual?

Es dable pensar que en el socialismo del siglo XXI la posibilidad de los viajes a larga distancia estará atada -como en Cuba- a su función social, por la sencilla razón que en un mundo con petróleo cada vez más escaso y costoso la irresponsable fiesta consumista de los tiquetes aéreos baratos se termina, y la dramática realidad del cambio climático determinará como mínimo que aquel que quiera viajar en avión tenga que pagar -además del tiquete aéreo- una elevada suma de dinero por el daño ecológico al que está contribuyendo.

* http://albertowong.blogspot.com/

(1) Ricardo Alarcón y las preguntas de los estudiantes cubanos, http://www.pascualserrano.net/noticias/ricardo-alarcon-y-las-preguntas-de-los-estudiantes-cubanos

(3) Por Paridad de poder adquisitivo -PPA- Colombia figura con US$8.800 en el lugar 114 entre 229 países y territorios (2008),https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/rankorder/2004rank.html

(4) Turismo, ecología y socialismo del siglo XXI, http://albertowong.blogspot.com/2009/02/reflexiones-desde-la-historia-i.html

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