RUBÉN HALLÚ SEGUIRÁ AL FRENTE DE LA UBA HASTA 2014


Reelección entre piedras, balas y gases

Recibió 144 votos a favor y fue el único postulante. Miembros de la FUBA intentaron impedir la asamblea y se enfrentaron con la policía. Denunciaron que impidieron el ingreso a sus representantes. Pedirán la nulidad de la elección ante la Justicia.

Florencia Halfon-Laksman
15.12.2009

A pura piedra. Los integrantes de la FUBA chocaron con la policía en las afueras del Anexo del Congreso Nacional.

Rubén Hallú, rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), fue reelegido ayer hasta 2014 en una hermética asamblea que duró apenas quince minutos y se desarrolló en el Edificio Anexo del Congreso de la Nación, mientras en las inmediaciones se libraba una batalla campal entre miembros de la FUBA y la policía.

Las autoridades universitarias decidieron adelantar las elecciones previstas para el año que viene y, por razones de seguridad, desestimaron la posibilidad de que la asamblea se reuniera en el Colegio Nacional de Buenos Aires, como indica el estatuto. El encuentro se trasladó a la sede legislativa teniendo en cuenta el antecedente de 2006, cuando Hallú logró ser elegido en ese mismo lugar luego de que la Federación Universitaria de Buenos Aires impidió la asamblea durante ocho meses, en cinco oportunidades.

Los 236 asambleístas estaban citados a las 9, pero un tercio de ellos no entró a la reunión electoral: algunos entendieron que no había condiciones para un debate y la mayoría argumentó que se le prohibió el acceso. “No nos dejaban pasar y nos demoraban en tres vallados. Protestamos y nos golpearon. Se notaba que estaban ensañados con nosotros”, denunció ante Crítica de la Argentina Germán Feldman, consejero directivo de la Facultad de Ciencias Sociales y uno de los ochenta asambleístas que no ingresaron al recinto. “Hicimos una apelación ante la Justicia y vamos a desconocer esta elección”, advirtió.

Mientras Hallú era ratificado en su cargo, un grupo de más de doscientos estudiantes repudió que hubieran dejado pasar a sus representantes: intentó traspasar una valla de seguridad sobre la avenida Rivadavia y fue reprimido por la Guardia de Infantería.

En respuesta, los manifestantes lanzaron una lluvia de piedras, y la policía les devolvió balas de goma, gases lacrimógenos y tinta azul de reconocimiento.

“Desde las 7 de la mañana dejamos vallado el perímetro comprendido entre las calles Rivadavia, Callao, Yrigoyen y Combate de los Pozos. La seguridad incluyó a cuarenta oficiales de Infantería; cuatro unidades de contención, con ocho policías cada una, y un camión hidrante”, precisó a este diario Marcelo Canstatt, jefe del operativo. Después de media hora de piedrazas y balas, hubo heridos entre los dos bandos. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, defendió el operativo y destacó que “se cumplió en un solo día lo que la vez pasada había llevado ocho meses sin encontrar salida”.

En el subsuelo del Congreso, la asamblea empezó apenas hubo quórum, minutos antes de las 9. Hallú tomó la palabra y abrió la posibilidad de otras postulaciones, pero terminó siendo el único candidato. A pesar de que una consejera de Psicología solicitó a los presentes que no se votara porque faltaba el 30% de los convocados, y sin contar que tres asambleístas interrumpieron el encuentro a los gritos e informaron que habían sido golpeados por la policía al entrar, el rector volvió a agarrar el micrófono y anunció: “Éste es el momento de la postulación. Si nadie más se postula, vamos a votar”.

Fue entonces cuando los asambleístas que apoyaban a Hallú levantaron sus brazos y en menos de un minuto las autoridades contabilizaron 144 votos contra una sola abstención. Los consejeros que habían denunciado la golpiza no votaron ni fueron contabilizados en el escrutinio, aunque el registro de la UBA informó que hubo 151 asambleístas presentes.

La movilización estudiantil siguió durante la tarde en la avenida Córdoba, frente a la Facultad de Ciencias Económicas, donde los miembros de la FUBA denunciaron la “ilegitimidad” de la asamblea por su adelantamiento y por la ausencia de una porción importante de su composición.

“Encubren una privatización”

Cerca de las 10 de la mañana, Rubén Hallú ya había sido reelegido en el rectorado de la UBA. La avenida Rivadavia seguía cortada a la altura del Congreso y estaba maquillada del agua azul que había sido lanzada a los estudiantes de la FUBA desde el camión hidrante. Sólo quedaban policías y prensa. Los manojos de piedras que habían tirado los manifestantes también adornaban la calle. Guido Saccal, estudiante de Económicas, permanecía a un costado de la valla de contención. “Dos balas de goma me pegaron en el cuerpo”, denunció, y dio detalles: “Empezaron a reprimir. Algunos se animaron a devolverles con piedras y otros se fueron para atrás. En el medio de eso, la ligué yo”.

Saccal explica uno de los motivos de la manifestación: “Queremos que se reforme la parte del estatuto que habla del gobierno de la universidad. Lo que se reformó hasta acá es una vergüenza. Esta gente está privatizando nuestra casa de estudios”. En el mismo sentido se pronunció Cristian Henkel, presidente de FUBA: “La UBA tiene 5.500 convenios con empresas privadas y sólo 1.200 con entidades públicas. Hay más de 50.000 estudiantes haciendo posgrados arancelados, que cuestan miles y miles de pesos”.

No hay comentarios: