La Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA) acordaron hoy que sus embajadores en Honduras regresen a Tegucigalpa, como muestra de apoyo al gobierno derrocado de Manuel Zelaya, dijeron en Nueva York el canciller de España, Miguel Ángel Moratinos, y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
Junto con la llamada a los embajadores para que regresen a Tegucigalpa, Insulza anunció que se volverá a enviar una delegación a Honduras para mediar en el conflicto e indicó que la misma podría viajar el viernes o sábado próximos, dependiendo de cuándo el gobierno de facto reabra los aeropuertos del país.
El secretario general de la OEA tenía previsto viajar a Tegucigalpa el último martes, pero el toque de queda decretado por el gobierno de facto que encabeza Roberto Micheletti paralizó el país, incluídos los aeropuertos.
El objetivo de estas medidas es "promover una mesa de negociación" con el Acuerdo de San José como "principal instrumento", dijo el secretario general de la OEA y añadió que el gobierno de facto está dispuesto a recibir a la delegación, citado por la agencia de noticias DPA.
Moratinos e Insulza hicieron esta anuncio tras una reunión celebrada en la misión española de las Naciones Unidas, en la que participaron representantes de varios países de la OEA, a nivel ministerial o embajadas, y de la Unión Europea y Canadá, junto con la canciller y el vicepresidente del gobierno de Zelaya, Patricia Rodas y Arístides Mejía, respectivamente. Estados Unidos no estuvo presente.
El llamamiento a los embajadores responde a la petición que lanzó ayer Rodas a la comunidad internacional, argumentando que Zelaya ya estaba de regreso en el país y que los diplomáticos ya podían volver a sus misiones.
Moratinos dijo que ya había informado a su embajador de la decisión y que la Unión Europea mandaría el mensaje a sus Estados miembro.
En Honduras, la presencia europea antes del golpe era de tres embajadores, precisó el canciller español.
Moratinos remarcó que la actual situación supone la "búsqueda de nuevas acciones" a través del "consenso y unidad" mostradas por la comunidad internacional.
El ministro español reiteró la condena al golpe de Estado y expresó la "gravedad y preocupación" de la situación, al tiempo que recordó la necesidad de que "se evite violar la inmunidad" ante posibles acciones del gobierno de facto contra la embajada brasileña en Tegucigalpa, donde se encuentra Zelaya.
Además, Moratinos dijo que había hablado con los representantes de la Unión Europea en el Consejo de Seguridad de la ONU para que se pueda aprobar una resolución sobre la crisis de Honduras, tal como pidió ayer el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
También comentó que el lunes conversó con la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que "apoyó los esfuerzos de la Unión Europea" en la crisis.
Clinton, además, se pronunció a favor de encauzar la negociación de la crisis de Honduras en el marco del Acuerdo de San José, que elaboró el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y que no encontró eco en Micheletti.
fuente: Télam
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