Se puede marcar un antes y un después en la reacción mundial cuando por la madrugada del domingo 28 irrumpe el Ejército en la casa de “Mel” Zelaya y lo expulsa a punta de rifle del país obligándolo a trasladarse a San José de Costa Rica en su ropa de dormir. Cabe aclarar que esta acción no se encuentra aislada, como lo intenta hacer ver la oposición hondureña. El Ejército no se remite a cumplir simplemente con una orden de un juez, ya que queda fuera de sus facultades la expulsión de un presidente electo y la posterior falsificación de su firma en una carta de renuncia, como así también el secuestro de los embajadores internacionales de Nicaragua, Cuba y Venezuela. En el ámbito civil, automáticamente se intervienen varios periódicos y radios. Se les cortó la señal a los “comunistas” que osaban relatar el Golpe que se estaba llevando a cabo y a su vez se interrumpe el suministro de electricidad general del país durante varias horas. Es bajo estas circunstancias que la comunidad internacional comienza realmente a prestar atención a los hechos y a efectuar declaraciones repudiando el Golpe de Estado y respaldando a Zelaya: primero lo hace la OEA, luego Estados Unidos y así sucesivamente se suman todos los países del mundo hasta llegar a una declaración unánime de todos los países que componen la ONU.
Una cualidad que caracteriza este Golpe efectuado en un país de América Latina es que es la primera vez que recibe el rechazo unánime de todos los países del mundo, desde bloqueos económicos de sus vecinos hasta declaraciones firmadas conjuntamente por gobiernos tan políticamente antagónicos como Venezuela y Estados Unidos. Si bien sabemos que detrás de esta toma ilegítima del poder se esconden los intereses de Micheletti, quien nunca pudo ganar ninguna elección, de los empresarios locales, el Ejército, la Iglesia y los sectores más poderosos de la prensa de Honduras, con excepción del diario “Tiempo”, queda un enigma por resolver: ¿Tendrán los golpistas algún aliado extranjero como en el 2002 lo tuvieron los venezolanos? Si la respuesta resulta negativa, queda clara la ingobernabilidad a la que se expone este régimen. Los gremios vinculados a la educación han detenido por completo las escuelas primarias, secundarias y las universidades y los paros de trabajadores continúan multiplicándose congelando lentamente la economía. Micheletti además ha redoblado su apuesta: le ha asegurado a Chávez que el ejército de Honduras está preparado e intenta detener la vuelta de “Mel” con la emisión de una orden de arresto hacia su persona. En este momento, ha colocado todas sus fichas en la mesa. Cualquier retroceso que haga este “gobierno” implica necesariamente admitir graves mentiras y errores en sus acciones efectuadas hace menos de una semana.
Una cualidad que caracteriza este Golpe efectuado en un país de América Latina es que es la primera vez que recibe el rechazo unánime de todos los países del mundo, desde bloqueos económicos de sus vecinos hasta declaraciones firmadas conjuntamente por gobiernos tan políticamente antagónicos como Venezuela y Estados Unidos. Si bien sabemos que detrás de esta toma ilegítima del poder se esconden los intereses de Micheletti, quien nunca pudo ganar ninguna elección, de los empresarios locales, el Ejército, la Iglesia y los sectores más poderosos de la prensa de Honduras, con excepción del diario “Tiempo”, queda un enigma por resolver: ¿Tendrán los golpistas algún aliado extranjero como en el 2002 lo tuvieron los venezolanos? Si la respuesta resulta negativa, queda clara la ingobernabilidad a la que se expone este régimen. Los gremios vinculados a la educación han detenido por completo las escuelas primarias, secundarias y las universidades y los paros de trabajadores continúan multiplicándose congelando lentamente la economía. Micheletti además ha redoblado su apuesta: le ha asegurado a Chávez que el ejército de Honduras está preparado e intenta detener la vuelta de “Mel” con la emisión de una orden de arresto hacia su persona. En este momento, ha colocado todas sus fichas en la mesa. Cualquier retroceso que haga este “gobierno” implica necesariamente admitir graves mentiras y errores en sus acciones efectuadas hace menos de una semana.
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